El corazón se aprieta en mí pecho, siento miedo del mundo y sus crueldades, me aterra el sinismo, la falta de empatía, la bestialidad de la raza humana. Morir por el simple hecho de ser diferente, bajo las más vil de las humillaciones, rota, fracturada, pero aún más partida el alma, aún más rota por dentro. Sin la posiblidad de salvarse así misma, sufriendo en una correntada que se llevó su dignidad. La soledad a flor de piel y el desamparo en su espalda arqueada. La tristeza en su rostro, la pregunta y el pedido de auxilio en su mirada... No hay perdón, para nadie, ni siquiera para los que nada hicimos. Es un delito de la humanidad, una vejación a nuestra alma como humanos. El dolor se ha convertido en una cartelera de cine, la vida humana en un número, y los delitos, en un pasatiempo cruel. ¿Cuál es el sentido de ver sufrir a otro? ¿En qué mentalidad cabe la tortura y el descarte?. Cada vida en esta tierra merece un respeto, en ella se guarda lo más valioso "EL ALMA", un...
Bello mensaje....
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