Descartada
Descartada
He sido tratada con desdén, han aminorando mí dolor y me han descartado como un estorbo, algo que molesta y no tiene solución. Me han mirado por lo bajo, de reojo, una sombra, un abismo insondable para la medicina. Me han visto y me cuelgan la locura a los hombros o la ciencia de lo somático. Mí templo se ha roto, ha mostrado las fisuras más profundas y la desolación más cruenta. El dolor ha gobernado mí cuerpo y lo callo para que no digan que estoy loca. Lo callo porque debo enfrentar la vida con él, a pesar de que me cuesta. Y no pienso llevar más cargas aún. No soy perezosa, tengo un dolor constante desde hace un tiempo atrás, un día que aún me preguntó porque ocurrió. Los accidentes no los buscamos, menos alguien que se dedicaba a la danza. No buscamos enfermarnos "para tener la vida fácil", por si mismo ya la tenemos difícil. No puedo tolerar que me digan "haz ejercicios" cuando mí cuerpo vibra por bailar y el dolor incapacita mis movimientos. Tengo un día marcado a fuego, un resbalón, una caída y luego derrapó mí vida. Hoy no se cómo voy a despertar, no se si voy a poder levantarme o si nuevamente estaré llorando de dolor en mí cama. Mí familia no sabe que hacer, ni a qué médico llevarme. Su dolor está en el mío... Y trato de ser fuerte y levantarme de la cama, para aliviarles un poco la carga. Salgo, hago lo que puedo y hasta donde me dan las fuerzas. El desdén que provoca una enfermedad crónica, un dolor crónico es amplio. Desde la incredulidad de los médicos hasta la poco empatía de conocidos, que te tratan de buscar una respuesta simple a una afección tan grave.
"Es postural" "debes salir a divertirte" " Has más ejercicios" "Elimina las harinas" "fulana tiene lo mismo y está perfecta" "debes ser más fuerte que tu enfermedad" "debes caminar más" "Es psicológico" "entreten tu mente en otras cosas" no te enfoques en el dolor" "has yoga" "Pinta mándalas" "has terapia" "has ejercicios de alto impacto" "estás así porque..."
He olvidado todos los consejos, pues ellos me hacen sentir aún peor. Porque pienso en todo lo que debo hacer y no puedo. Y peor aún en todo lo que dejé de hacer porque mí cuerpo no puede.
Y sigo recorriendo médico porque cada día estoy más desgastada y no encuentro una solución... El dolor continua estando y continua invalidando mí ser. Son fuertes, realmente fuertes, son un calvario y no puedo salir de él.
Me han descartado, me han mirado de reojo... Y derivan mí dolencia en partes. Mis piernas no me soportan, mí espalda está fragmentada y aún peor es encontrarte con una medicina incompetente y poco comprometida. Cuando alguien manifiesta dolor, no es mentira, no se inventa, ni se disfraza. Hoy tomo calmantes para el dolor fuerte, pero mí cuerpo sigue enfermo, el dolor solo disminuye pero sigue estando ahí y lo sigo percibiendo como tal, sigue estando ahí. Es como si te hicieras una herida y la taparas con una venda para no verla, aunque no la veas, no quiere decir que no está. Así funcionan los medicamentos para el dolor. No solucionan, solo tapan o disfrazan el problema.
He sido descartada y tratada con desdén, me han mirado y han aminorando mí dolor. El mundo no comprende hasta que no lo vive, y en realidad no se lo deseo a nadie. La vida es demasiado hermosa como para perderla en medio del caos que provoca un dolor crónico incomprendido.
No invalides lo que ya es de por si es invalidante.
Fibromialgia y dolor crónico, una enfermedad incomprendida.
Comentarios
Publicar un comentario