Rota

 


Rota

La incapacidad de sentir

Desde que tengo uso de razón, jamás sentí pena por mí, ni me lamente por las cosas que me pasaban, o pensé que era una víctima. Y si lo hice ha sido muy pocas veces. Me hirieron, como a muchos, pero había algo en mí que veía la agresión como en tercera persona. Daba vuelta de página y seguía. Tenía como una incapacidad de sentir cuando me herían. Hoy más grande y más tranquila pienso en las veces que debí llorar y no lo hice, de las veces que debí decir "no" y no lo hice.

Era como si a mí no me estuviera pasando, y eso aveces hacia que mí contrincante arremetiera con más fuerza. No era de hierro obviamente. Pero hubieron cosas que debieron dolerme en el alma y yo permanecí como una estatua. Me acostumbré a actuar, ha hacer que nada pasaba, a mirar para otro lado o simple a mirar como me destrozaban como si fuera una película ajena. Aún no puedo entender porque aquello o lo otro, no melló mí existencia. Cómo es que aún seguía a paso firme esbozando un sonrisa y arreglando mí cabello. Aún es un misterio para mí. Callé tantas cosas y pasé tantas otras... Hoy estoy en otra vida distinta, aunque me dá igual lo que pase a mí alrededor, estoy cansada de fingir. Y de dar mí mejor cara. Ya no lucho por lo que amo, ni tampoco me llena como antes lo hacía. Sigo siendo un muñeco pero esta vez roto. Porque aunque no me daba cuenta me fui rompiendo de a pedazos y los fui perdiendo con el tiempo. Los dejé un poco por aquí y otros por allá...

De mí casi no queda nada...

Me rompí hasta las lágrimas, hasta que quede vacía, me rompí tanto que hoy solo soy polvo entre los suspiros no dados.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Millerey

Aprender a soltar

Esperando días mejores