Grito silencioso
Grito silencioso:
Martes denso, todo flota como suspendido en el agua... Todo pesa aún más, cómo si la humedad hechara todo hacia abajo, las puntas de dolor están presentes como agujas en la carne, un silencio audaz y breve me trae una décima de paz. El cielo afuera seguro es azul... El otoño a comenzado a repartir sus colores, fuego entre amarillos y morados...
Desde mí garganta se asoma un grito silencioso, estoy cansada, el dolor me agota.
Recuerdo los tiempos sanos, los que me saben a perfumes y cantares. Me inunda todos los días el mundo que dejé, trato de mirarlos sin rencor... "Han sido mis más valiosos años", hoy estoy tendida en una cama esperando sentirme un poco mejor, como para poder intentar levantarme. El dolor es tan fantasmal que parece estar tomando todo mí cuerpo y se agiganta con los días ¿Cómo llegué hasta aquí? La fiera no me atacó de pronto, fue lenta y sagaz, se trepó por mis piernas como cuando te sube el frío. No lo noté. No hasta que la humedad comenzó a crear ruinas y todo se despedazó, dejando una huella de guerra. Hoy solo tengo esto, el celular en mis manos para despegar del alma lo que me sobra en los ojos. De a ratos escribo... Y de a ratos me tragan nuevamente las sombras.
Mientras, un grito silencioso recorre mí garganta, pero no sale se queda atorado, creando una pantomima ilusa, una figura tétrica más, de esta oquedad que me gobierna.
Dolor crónico y Fibromialgia
Un grito silencioso
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