La desesperación de no saber a quien acudir.

 


La desperación de no saber a quien acudir

No hay camino más angosto y pedregoso que vivir bajo el ala de padecimiento. Cuando el mal habita las aves huyen raudaz de temor. La soledad impera como una reina, de un basto imperio. Sombras de locura descienden por las noches, vasijas con lágrimas se ponen sobre la mesa y la incomprensión se esconde como para no molestar. No tengo fuerzas para luchar, eso es lo que pasa, estoy perdía en medio de un terreno pantanoso, sin brújula y agobiada de un dolor infinito

Quizá el alma me duela más. 

Esta vez no puedo salvarme, esta ves, la mujer guerrera ha sido vencida y el mundo la ha olvidado entre carnavales y aquelarres...

Ciega, camino entre las sombras que me han capturado, no sé dónde ir, ni a quien acudir. Ya no se a donde más ir. Los tiempos se alargan y con él, el padecimiento que no termina, no se calla, no claudica. El veneno quizás sea el mejor remedio y dejaría de incomodar. 

No soy rebelde, no quiero estar enferma, pero esta vez no se sana con un té de hierbas o caramelos para el dolor, y es en lo que he estado navegando, en un barco sin solución alguna, a la deriva. 

¿Entonces a quién acudo? ¿Donde voy? ¿Qué gurú dirá un mantra por mí? ¿Dónde estan los "sana sana" que mí madre me hacía y pasaba el dolor? 

La realidad es peor de la que esperaba, el mundo más despiadado, la gente más indiferente, el dinero más escaso, el tiempo tirano, los protocolos sociales un asco.

Y sigo perdiendo pétalos en plena floración.

Dolor crónico y Fibromialgia la desperación de no saber a quien acudir.




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