Un largo viaje

 


Parece que hubiera llegado de un largo viaje, con los pies desnudos y el frío en los huesos. El cansancio recorre mí cuerpo como matando cada gota de energía. El camino ha sido difícil y no podía detenerme, era como una huida, como un escape. Estoy cansada, mis piernas parecen no resistir el peso de mí cuerpo. El frío me agobia y en mí corazón se han dormido los gorriones que anidan. El cielo parece más opaco, el tiempo transcurre más lento. Me sobresalta la nostalgia varias veces al día. No sé que hacer he perdido el rumbo, y he huido de todo y de todos. Estoy cansada, la sangre golpea en mis oídos, vengo de un ardid, tratando de escapar del dolor, han sido 2 meses de dolor intenso, demasiado fuerte y desgastante. Un bálsamo de menta y otro de alcanfor, junto a las manos milagrosas de mí madre han logrado mitigar un poco el dolor. Quiero permanecer en la cama un poco más. El dolor volverá con sólo el hecho de caminar o estar sentada. Tampoco se ha ido del todo pero es más soportable. Un pequeño alivio para este cuerpo cansado, que batalla diariamente contra el dolor intenso. Estoy desgastada, demacrada e inaceptable me delgada. Aún pienso en el mañana, con un poco de temor en las mejillas y la ilusión prendiendo como un prendedor de perlas en el pecho. Mañana... ¿Será demasiado tarde para los sueños que dejé colgado juntos a mis prendas de fantasía?


Dolor Crónico y Fibromialgia

El cansancio de luchar contra un enemigo invisible



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