Felicidad


 Se viene la primavera y todo parece florecer, una cuota de felicidad se cuela en mí interior vacilando al borde de la tristeza. Mí corazón se despierta como de un largo sueño funesto y ve las luces azules de mí alma. No lo logro aquietar y se desboca. Tiene esperanzas, las percibe como una ansiedad desdibujada en el pecho. Sonrío, como cuando ves la ingenuidad de un niño.

Dejó que la felicidad vuele como un viento de agosto, enmarañado y aturdidor. El mañana no lo tengo. En mis manos solo puedo sostener el ahora... Y dejo que la felicidad entre, he ilumine mis rincones tristes.

Soñar por un instante que la felicidad es mía. Un instante absolutamente mío. Olvidar los oscuros matices del dolor y la dejadez que deja la insatisfacción.

Dejar que mí rostro se ilumine y quepan en mis ojos los mañanas intrépidos.

Dejar escapar la sonrisa olvidada y permitirme respirar profundamente como cuándo niños oliamos las flores.

Así la felicidad pasa por un momento y cicatriza de a poco las heridas del alma.

Noor Yahann 

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