Una cajita de música

 


Esto soy una cajita de música que sigue emitiendo su sonido indefinidamente. Siempre la misma música. El tiempo la ha deteriorado y ha perdido la bailarina que giraba con su vestido colo añil. El sonido sigue siendo el mismo quizás un poco más triste, un poco más lento. Moriré en esta tristeza. No saldré de ésta sin ninguna marca. He llegado al punto máximo, y de aquí en más perderé la coherencia. 

Mí meta aún está lejos, aún ni siquiera la alcanzo a vislumbrar. Me ha costado tanto... Me he desgastado tanto. Y tengo ganas de llorar. De impotencia, de infelicidad, de desilusión, por necesidad, por la soledad, el sacrificio, los dolores, los tropiezos, el abandono, la ignorancia, la humillación, la burla, el desamparo, la intolerancia, las promesas falsas, la falta de atención, el desconsuelo, la desesperación, la impotencia.

Estoy jugando un juego mordaz donde siempre pierdo. Cómo gritarle al mundo lo que me está costando vivir. Cada día parece una prueba distinta y las soluciones solo las tiene el dinero.

No quiero que el mundo me trage, ya es demasiado vivir en el y vivir en total desamparo. La soledad ha hecho huecos en mis venas, me ha ido carcomiendo. ¿Cómo se vive así?

¿Cómo le gritas al mundo que pare?

Hoy mí día a sido negro, de aquellos que no hayan la luz.

Hoy mí día no ha sido distinto a otros, y todos emprendo la Luchi de intentar de subsistir.

Noor Yahann 




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Aprender a soltar

Millerey

Bailé